Ir al contenido principal

A TI HERMANO








Sufres terriblemente?, te desgarran las inconsecuencias y traiciones de tus amistades?; te confunden los eventos monstruosos del mundo materialista e inhumano?; te confunde la actitud irresponsable y manifiestamente inmoral de los líderes religiosos del mundo?; te sientes aterradoramente inferior frente a los problemas de una civilización degradante?; te ofusca y desconcierta la monstruosidad de quienes pretenden comunizar al mundo lo mismo que las infamias de quienes hablan en nombre de la democracia y  la religión?; te abruman los problemas de la vida diaria tal como los hombres la han hecho?.  Bien, pero de que vale desesperarse y violentarse? Acaso una actitud de enojo, ira o venganza va a remediar tus males, resolver tus problemas o disipar tus cuitas?, crees acaso que con violentarte o dejarte llevar por la preocupación se acabarían tus sufrimientos y angustias?


No, hermano, ni te dejes abatir ni permitas que el mal sufrido logre acabar tu salud, tu cordura, tu serenidad y tu combatividad. 

Si, hermano, frente a los embates nefastos de la vida, procura mantenerte en equilibrio mental y corporal.  Evita los excesos emocionales y los artificios pasionales, pues ni la ira ni la desesperación pueden resolver tus problemas ni te traerán jamás ni el menor adarme de sensatez y felicidad.



Que tus familiares o tus mejores amistades te han desilusionado? Bueno, y qué? Acaso los teníamos por santos o ángeles?, Que te han defraudado tus mejores esperanzas, tus mejores tutores y quienes más admirabas en el mundo? Bueno, y acaso crees que vas a remediar los errores ajenos o desquitarte de la fatalidad desesperando y cultivando instintos criminales o bestiales?  Que te han difamado o robado la propia honra y dignidad, o que te han asaltado y despojado de tu fortuna?  Naturalmente, está bien que te sientas ultrajado, lapidado y mortificado, pero no has de sobreponerte a la desgracia si no te dominas y si no procuras mirar cara a cara las causas de tu honda desgracia.

 

A la desventura y a la desgracia es preciso darle el frente con compostura, dignidad y cordura.  No te ofusques, no te desanimes tampoco, si quieres lograr reponerte de tus desgracias.

Debes saber, ante todo, hermano mío, que mientras más sereno te conserves mejores serán tus disposiciones internas, y mayores tus posibilidades de recuperación o rehabilitación.

 

Hay que ser sereno y confiar siempre en sí propio, así como en las Potencias Espirituales y Divinas.  No pierdas el ánimo ni la dignidad si no quieres perderlo todo, inclusive tu Conciencia y tu vida.



Kut Humi Lal Singh