Quizá no lo sepas del todo, pero tú eres el creador de tu propio destino. Tú mismo encaminas tus pasos hacia derroteros ignotos o comunes, según tus preferencias, o de acuerdo con tus mejores ideales y tus pensamientos corrientes. Lo que piensas, eso serás, pues tu Mente al ponerse en acción irradiará energía y generará más fuerzas aún, a la vez que tus pensamientos se cristalizarán en formas sustanciales.
Es lo que cultivas, amas y mantienes en tu Mente lo que forma y encamina tu personalidad, y hace tu devenir. Querer es crear. Mientras más quieras algo más te acercas a su realización integral y efectiva.
La Voluntad bien cultivada y mejor sostenida puede hacer de ti lo que anheles. De tus ideales, aspiraciones y mejores propósitos depende.
La Voluntad es una facultad Divina. Analízala y descubrirás que es la que te fortalece, te guía y te mantiene. Los grandes hombres son los que ha tenido una Voluntad potente y tenaz, sobre todo más fuerte que sus propios deseos y anhelos.
Hermano, la voluntad es la mano creadora que guía tus mejores energías espirituales y vitales, y que te hace llegar triunfalmente a las metas de tus aspiraciones. Si careces de Voluntad estas perdido, pues serás siempre víctima de las fuerzas del ambiente en que te mueves, y serás siempre como una veleta a merced de los vientos que te rodean.
La Voluntad es la potencia dinamizadora que nos hace vivir. Querer es vivir. Se vive porque se quiere, y naturalmente, según como queramos. De ahí la importancia de la Voluntad.
La voluntad ha de revestirse de una potencia absoluta, sin que nada ni nadie pueda hacerla variar en su firmeza. Siempre que procuramos una cosa, la voluntad debe trazarse una ruta de persistente tenacidad, y así, con esta orientación inquebrantable, sostener el pensamiento para que tampoco se desvíe ni abandone por un momento el ideal que persigue.
La Voluntad es la potencia directora de lo que el pensamiento haya logrado concebir; sostiene el producto de la mente anhelante, haciendo que esas fuerzas se exterioricen en forma tangible, convertida en viviente realidad.
La voluntad propia tiene una infinidad de grandes enemigos. El mayor de todos, es la propia desidia que es hija de nuestra ingénita inepcia. ¡Es lo que nos hace columbrar imposibles antes de haber hechos esfuerzos!
Pero hay otros terribles enemigos, como por ejemplo el “qué dirán”, siempre listo a ponernos la muralla de sus velos; luego los consejeros amistosos y las insensateces de la mediocridad que no ven sino quimera, locura, objeto de burla necia en todo empeño de innovación o de superación. Se impone en nosotros, por tanto, un verdadero esfuerzo. ¡Voluntad es creación de esfuerzo!
Ya lo expresaron antiguos Maestros de Sabiduría, para vencer en las lides de la vida, preciso es aprender a ser fuerte, y esto se encuentra en la clásica fórmula de los Magos: “SABER, OSAR, QUERER Y CALLAR”.
Saber, para no estar desorientado o equivocarse; Osar, o sea atreverse a actuar asumiendo una actitud creadora ante las circunstancias de la vida; Querer, desde luego, para ser siempre el artesano de su propio destino, y Callar, como precepto de sagacidad, pues el silencio propicia todas las grandes obras; es la primera condición de la función mental conocida por Concentración y Meditación, y la manera de afinar el ser a los principios creadores de lo superlativo.
Así que ante las dificultades debemos mantenernos Conscientes, con mente alerta y equilibrio firme. Y en estas circunstancias, resulta muy efectivo saber decir en sí mismo con decisión y firmeza: ¡QUERER ES PODER!, y repetido a menudo en nuestro fuero interno fortalece nuestros nervios, templa nuestro carácter, energetiza nuestra mente, afianza nuestras ansias; se constituye en habito y luego en virtud y fundamento de nuestra vida.
Pero, así como la Voluntad ha de ser inalterable y persistente para ser vencedora en sus empeños, del mismo modo el pensamiento debe obrar con independencia absoluta y continuidad insaciable, alejándose de todo lo que no tenga relación con el ideal perseguido.
El milagro no es otra cosa que la consecuencia de un pensamiento y una voluntad firmes, puesto al servicio de la virtud, que es un ideal de superación en la vida.
KUT HUMI LAL SING